Como poñer os límites correctos

Publicado con la autorización de El Teu Espai - centro de psicología y logopedia ubicado en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) (http://www.psicologosantacoloma.es/)

AUTORÍA:  MIREIA NAVARRO VERA 

1.    Los límites dan seguridad

Poner límites es imprescindible para que los niños puedan predecir su entorno. No sé si os habéis fijado alguna vez, pero a los niños les encanta la rutina, les da seguridad saber qué va a pasar en cada momento. Suelen repetir una y otra vez los mismos dibujos o las mismas canciones, quieren que les leas siempre el mismo cuento…
Todo esto responde a su necesidad de predecir su entorno, por eso los límites son imprescindibles, les dan seguridad, les dicen lo que está bien y lo que está mal y lo más importante, les describen cómo se deben portar, qué deben hacer en cada momento. No me imagino nada más seguro que el saber cómo debemos actuar en cada situación.
Un niño que crece sin límites, crece sin seguridad, no sabe qué debe hacer y entonces se ve obligado a inventar sus propias reglas que es peor que no tenerlas.

2.    Les ayudan a portarse bien

Los límites les marcan cómo deben actuar, por lo tanto tienen mayor probabilidad de portarse bien. Cuando un niño tiene un buen comportamiento suele recibir más elogios de su entorno y esto ayudará mucho a la creación de una buena autoestima.
Si nadie guía a un niñ@ en su comportamiento, tendrá muchos más errores y crecerá en la inseguridad de no saber qué conducta es la adecuada, recibiendo más refuerzo negativo que positivo.
Por eso es importante poner límites desde el principio.

¿Cómo deben ser los límites?

·        Mejor pocos

Si pongo muchos límites, probablemente, me olvidaré de más de uno y será difícil ser constante en su cumplimiento. Es mejor tener pocos y poder hacerlos cumplir todos.

·        Muy claros

Debemos asegurarnos que los entienden. No podemos dar explicaciones muy largas o con un lenguaje inadecuado. Debemos tener en cuenta la edad de nuestros hijos y ver hasta qué punto va a entender lo que le digo. Aquí es bueno aplicar la regla del 10, no más de 10 palabras no más de 10 segundos, este es el tiempo máximo que nuestro hijo nos va a prestar su atención.

·        Realistas

Adaptados a la edad del niñ@ y a su etapa evolutiva. No podemos poner límites que difícilmente va a cumplir nuestro hij@ porque no lo entienda o porque no sea adecuado a su edad.

·        Coherentes

Un NO es un no siempre. Debemos ser coherentes con lo que les decimos. No puede ser que un día no se pueda saltar en el sofá y otro día, porque estamos más cansados, les permitimos saltar alegremente. Debemos ser firmes, es probable que pongan a prueba ese límite y debemos estar preparados para el enfrentamiento. A menudo,  los padres evitamos marcar límites por miedo al conflicto, pero es necesario, es nuestra responsabilidad.

·        Consistentes y consensuados

Todos los adultos implicados en la educación del niñ@ deben estar de acuerdo en los límites y poner siempre los mismos. Si hay algún límite en el que no estamos de acuerdo, debemos consensuarlo antes de ponerlo.

·        Firmes

Cuando ponemos un límite debemos ser firmes en su cumplimiento. No deberíamos poner un límite y dejar que no se cumpla en algún momento. Por lo tanto, cuando se saltan un límite deben tener una consecuencia.


La verdadera importancia de los límites:

Los límites que vamos a poner a nuestros hijos van a definir, en gran medida, el perfil de nuestra familia. Deben ser consecuentes con la idea que tenemos de lo que es un buen comportamiento y sobre todo de lo que esperamos de nuestros hijos. Por eso, cada familia va a tener que definir muy bien sus propios límites, en función de lo que es importante para ellos: el respeto, el buen comportamiento, las responsabilidades, la sinceridad, la autonomía, la alimentación, el colegio, …
A través de los límites, vamos a decirles cuál es el camino que esperamos que sigan, a través de los límites, vamos a transmitirles los valores que guiarán su conducta en el futuro. Y es por esto, por lo que un límite es importante, porque es la herramienta con la que yo labro su camino. Así que hay que elegirla bien y dedicarle tiempo. Los padres debemos hablar, definir y consensuar los límites que pondremos y no dejar que un límite responda a un momento de rabia por un mal comportamiento. Hay que evitar poner límites enfadados y sin pensar.
Además los límites crecerán con nuestr@s hij@s, en la primera infancia estarán más relacionados con su integridad física (que no se hagan daño, que no crucen la carretera,,,), con la alimentación (introducir nuevos alimentos), creación de hábitos (sueño, horarios, colegio). En la segunda infancia irán madurando y estarán más relacionados con el respeto (a los padres, a los profesores y otros adultos..), el buen comportamiento, las responsabilidades… Y la Adolescencia estará más marcada por respetar la hora de volver a casa, avisar si se va a llegar tarde, ayudar en las tareas domésticas, la sinceridad,…