Fin de curso...

E un ano máis chegamos ao remate do curso. É un momento emocionante... con boas notas para uns e cun "necesitas traballar un pouco máis" para outros. Ao longo destes meses moito foi o esforzo e o traballo, moitas as horas dedicadas a ler e escribir, a redactar, a facer contas... e tamén a gozar dos compañeiros, das saídas, das actividades... Agora, temos por diante o verán. É unha época para deixar atrás a escola e pasar os días na praia. Seguro que tamén atoparemos tempo para que os nosos fillos/as lean, traballen un pouquiño e non esquezan o que foron aprendendo.
En setembro regreso. Carguemos pois as pilas para ese novo curso.
Feliz verán a todos.


Como sobrevivir aos suspensos dos teus fillos

Hoxe, nunha das últimas entradas deste curso queremos presentar un libro que quizais lle sirva a algún dos pais ou nais que seguides este blog. Trátase dun libro de Carlos Pajuelo, autor do que temos republicado algúns artigos sempre contando coa súa autorización. O blog deste autor é unha fonte de onde sacar proveiro á hora de educar aos nosos fillos, e agora, acaba de sacar un libro que se titula: "Cómo sobrevivir a los suspensos de tus hijos".
Deixemos que o propio autor presente a súa obra:

Hoy me vais a permitir que os hable de mi libro.  Ya sabéis que cuando uno escribe un libro se contagia del Síndrome de  Paco Umbral: una necesidad imperiosa de hablar de tu libro.
Un libro para los padres y madres que se tienen que enfrentar a una de las muchas adversidades que la tarea de educar conlleva. Suspender es una pequeña o gran adversidad, lo dejo a tu elección, pero sobre todo es una estupenda oportunidad de enseñar a nuestros hijos cómo afrontar las adversidades que la vida nos presenta.

Un libro que vino a mí por una serie de causalidades y casualidades. Todo empezó el día que una persona me escuchó en una charla para padres en un colegio. Esa persona, Celia Herrera, resultó ser una periodista, jefa de información en hoy.es, y me animó a escribir este blog. Una causalidad y otra casualidad hicieron que gracias a que este blog es una ventana en la que, para mi satisfacción se asoman muchas personas, a mediados de enero de este año  me llegó una proposición, de estas que son difíciles de rechazar, “Carlos queremos que nos escribas un libro con el tema de los suspensos, en el mismo tono con el que escribes tu blog”, y si quien te dice eso además es una editora del prestigio de Pilar Cortés de la editorial Espasa, pues realmente se te pone en medio de la cara una sonrisa que no veas.
Que los suspensos causan malestar no sorprende a nadie pero dicho esto os recuerdo que el malestar no es el mejor estado de ánimo para educar.
En este libro no se encuentra ningún remedio para que los hijos no suspendan, ya sabéis que a mí no me gusta hacerle la competencia a San Judas Tadeo. En este libro, sin embargo, podéis encontrar algunas ideas respecto a lo que los padres y madres podemos hacer cuando nos enfrentamos a los suspensos de nuestros hijos y sentir, aunque el hijo suspenda, que nosotros estamos haciendo lo correcto: educar.
Suspender no es una tragedia pero enturbiar el clima familiar de tal manera que se cree un ambiente tenso y hostil sí que es un error. Yo creo que es un error porque nuestros hijos están bajo nuestra influencia solo unos pocos años y educar a los hijos nunca debería ser una batalla sino una carrera de fondoeducar hijos no es construir hijos perfectos sino darles las herramientas suficientes para que ellos se construyan a sí mismos.
El libro comienza con una frase que se le atribuye erróneamente a R.L. Stevenson, en su obra “Dr. Jekill y Mr. Hyde”; realmente no se quién es su autor o autora, “quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite” pero lo que sí creo que el amor es una piedra angular de la tarea de educarEducar es la respuesta, educar es la medicina, educar es el premio, la herencia, lo mejor que le podemos ofrecer a nuestros hijos.
Si me lo permitís yo creo que este libro es un canto a la educación. Un canto a esa tarea cotidiana, a veces ingrata, que siempre nos exige lo mejor de nosotros mismos, la tarea de ejercer de padres.
Un libro escrito en clave de humor porque educar es una cosa muy seria, tan seria que solo desde el humor se puede uno dar cuenta de cómo el miedo nos paraliza.
Un libro escrito para hacer sentir bien a los competentes padres de unos hijos que  han suspendido porque han estudiado poco o no lo suficiente.
Un libro para leer y releer, porque seguro que te vas a ver reflejado en sus páginas. Lo sé porque lo he escrito con todo lo que tú me has contado en todos estos años.