Educar é un coñazo, ás veces
Autoría: Carlos Pajuelo
Republicado con autorización do
autor (http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/)
Educar es a veces una tarea
frustrante que hace sentir mal a los que educan.
“Educar es un coñazo, a veces” no
es una frase de Paulo Coelho, ni de Einstein, ni de ningún gurú de la
educación. Esta frase es uno de los descubrimientos que realizamos padres y
madres cuando educamos y que, por lo general, no nos atrevemos a confesar
abiertamente delante de nuestras amistades o familiares. Educar, la tarea de
educar es determinados momentos es cansina, desalentadora, frustrante.
El nacimiento de un hijo es una
noticia que llega a nuestras casas como un acontecimiento cargado de
felicitaciones y parabienes. Los futuros padres y madres leen un montón de
revistas especializadas sobre cuidado del bebé, educación, etc., pero ninguna
revista se llama “¿Vaís a ser padres?, os vaís a enterar.” Justo desde el nacimiento, muchas veces, la
criatura no para de de poner a prueba la competencia, el talento, la paciencia
y la estabilidad emocional de sus padres.
La tarea de ejercer de padres
está sometida constantemente a una evaluación por parte de aquellos que nos
rodean y que, además, no se cortan en señalarnos con el dedo como responsables
de todo lo que nuestro hijo no hace bien.
Educando se viven experiencias
muy positivas pero también se vierten muchas lágrimas, lágrimas a veces de
dolor, a veces lágrimas de impotencia,
lágrimas de rabia y frustración y también lágrimas de pena, de una amarga
pena. Lágrimas que nunca salen en el Facebook. No, no están en ningún álbum de
fotos y por esta razón hacen creer a padres y madres que sentir este hartazgo
es de personas egoístas, de malos padres.
Yo se lo digo a muchos padres:
“Educar es un coñazo, a veces.” Exige dedicación, mucha dedicación, tiempo,
mucho tiempo en relojes de sólo 24 horas al día. Exige cuidar y controlar,
supervisar y guiar, motivar, animar, acompañar. Educar desgasta, consume,
agota.
Esto es lo que hay, negar la
parte dura, ruda, arisca y agria de la educación de los hijos es una estupenda
manera de negar la realidad y la mejor manera de venirse abajo en los momentos
difíciles, y esen esos momentos difíciles donde hacen más falta los padres y
las madres.
Educar es un coñazo, a veces,
pero siempre es una oportunidad.
Una oportunidad para querer ser
mejor persona, un mejor modelo de conducta.
Una oportunidad para poner en
práctica eso de amar con generosidad.
Una oportunidad para confiar en
ti como padre o madre y de confiar en tus hijos.
Una oportunidad para sentirte
orgulloso de la tarea que ejerces como padre o madre.
Una oportunidad para olvidar el
significado de la palabra rencor.
Una oportunidad para sentirte el
faro más luminoso en mitad de la tormenta, sobre todo con esos hijos
especialistas en generar ciclogénesis explosivas.
Una oportunidad para aprender que
el sufrimiento no es una elección, sino una
pieza más con la que se construye nuestra vida ordinaria.
Una oportunidad para aprender a
tener mesura.
Una oportunidad para ponerse a
buscar dónde guardamos el saco de la paciencia.
Una oportunidad para descubrir el
asombro.
Es verdad, los hijos arrancan
nuestras sonrisas con la misma facilidad que nos arrancan las lágrimas. Los
hijos nos dan la oportunidad de aprender lo que es la intensidad.
Esto es lo que da un hijo, dos
dan el doble, tres el triple y así hasta el infinito.
Te lo digo yo, educar es un
coñazo, a veces, pero es que todas las actividades que requieren pasión para
ser desarrolladas consumen nuestras energías y nuestro tiempo. El tiempo de
educar que se conjuga exclusivamente en tiempo presente: Yo educo.
¿Tú educas?, entonces ya sabes de
qué estamos hablando.
O meu fillo minte: por que?
Autoría: Sara Tarrés
Republicado con autorización de: http://www.mamapsicologainfantil.com/
¿Por qué miente mi hijo? ¿Quién
le ha enseñado a mentir? ¿Qué motivos le llevan a hacerlo? Hoy intentamos
responder estas cuestiones que tanto nos preocupan a los padres cuando de
repente pillamos a alguna mentirijilla de nuestro hijo.
Explicábamos en un artículo
anterior, Mi hijo miente: las primeras mentiras, el sentido meramente
exploratorio de las primeras mentiras en los niños. Éstas son más un juego que
un engaño con mala intención, así que una de las primeras razones por las que un
niño miente es por jugar, explorar
Los niños mienten por diferentes
razones pero todos empiezan mintiendo por un motivo muy sencillo : el juego.
Los niños exploran las reacciones que tienen los demás, exploran sus límites y
los ajenos. Las mentiras ayudan a nuestros hijos a dar un paso más en su
desarrollo cognitivo aprendiendo que aquello que piensan no tiene porqué
saberlo nadie más.
Como hemos hablado en otras
muchas ocasiones, sabemos que los niños aprenden por modelado, por imitación,
así que evitemos mentirles si lo que queremos es que nuestros hijos sean
sinceros con nosotros. No podemos pedirles que hagan algo que nosotros no somos
capaces de cumplir.
En resumen, los niños mienten por
las siguientes 5 razones principales:
Para jugar. El niño fantasea,
mezcla realidad y ficción en su cotidianidad sin ningún tipo de mala intención.
Para evitar una regañina o un
castigo. Ante las exigencias familiares o escolares el niño inventa alguna
excusa que le libre de sus obligaciones.
Para darse importancia. La
inseguridad y la baja autoestima están bajo estas mentiras. Podemos observar un
niño decir que él saber hacer algo muy bien o que su padre tiene esto o
aquello, …
Para llamar la atención. Son
típicas las mentiras tipo me “me duele mucho la tripa”, “me encuentro mal”,
“tengo miedo de ir solo”, … mentirijillas que atraen la atención de los padres,
quienes dejamos todo para ver qué ocurre con nuestro pequeño.
Para obtener un beneficio. Por
ejemplo cuando nuestro hijo nos dice que no tiene deberes para poder ir a jugar
o ver la tele.
Qué hacer cuando nuestro hijo nos
miente es la segunda parte de esta cuestión, pero lo primero que debemos hacer
es tratar estas primeras mentiras con calma, sin irritarnos en exceso y buscar
las causas de sus mentiras.
O meu fillo minte: as primeiras mentiras
Autoría: Sara Tarrés
Republicado con autorización de: http://www.mamapsicologainfantil.com/
Un buen día, sin saber cómo
nuestro hijo nos salta con una “mentirijilla”. Nada importante ni nada grave,
algo intrascendente y totalmente inocente, porque las primeras mentiras juegan
un importante papel experimental y exploratorio y nada tienen que ver con un
supuesto signo de maldad.
“No era verdad, era broma. Te he
engañado, jaja!” , “Yo no he sido, ha sido él!!!”…
Cuando nos intentan engañar o
juegan a mantener un secreto, nuestros niños están comprobando que su mundo
interno y el nuestro son diferentes. Están constatando que sus pensamientos son
suyos y que si quieren los comparten o no. Es aquí cuando descubren que el
engaño es posible, que cuando se habla hay que tener en cuenta lo que el otro sabe
y lo que no. Esto supone un hito muy importante en el desarrollo cognitivo, ya
que constituye un primer paso hacia la superación del egocentrismo infantil y
la comprensión del mundo interpersonal.
De los 3 a los 5 años deberíamos
evitar llamarles mentirosos o ponerlos en ridículo, debemos tener cierta
tolerancia y algo de complicidad con algunas “mentirijillas” como cuando nos
dicen que su peluche preferido les ha dicho que hoy cenaríamos “chuches” y que
luego dormiría con mamá. Este tipo de mentiras son parte de la fantasía del
niño de esta edad.
En cambio, las mentiras que
tienen por objetivo evitar ser regañado, el típico “yo no he sido, ha sido él”
han de ser tratadas también sin ponernos nerviosos y llamarle mentiroso pero
hemos de hacerle saber claramente que no aprobamos las mentiras, que hay que
ser sincero y que es importante explicar siempre la verdad. Si nosotros no
utilizamos nunca la mentira con nuestros hijos ellos aprenderán más rápido la
importancia de este concepto.
Los padres, abuelos también, debemos evitar mentir o engañar a nuestros hijos ya que generan desconfianza e imitación, a parte de proporcionar una visión deformada de la realidad y del mundo en el que viven. Esto no significa que algunas informaciones no puedan darse de un modo diferente en función de la edad y que obviamente no siempre será posible explicarles todo, en algunas ocasiones tendremos que callar o ocultarles algunas informaciones.
Los padres, abuelos también, debemos evitar mentir o engañar a nuestros hijos ya que generan desconfianza e imitación, a parte de proporcionar una visión deformada de la realidad y del mundo en el que viven. Esto no significa que algunas informaciones no puedan darse de un modo diferente en función de la edad y que obviamente no siempre será posible explicarles todo, en algunas ocasiones tendremos que callar o ocultarles algunas informaciones.
Cuando el niño nos miente
ocasionalmente no tiene excesiva importancia, es cuando estas mentiras se
repiten una y otra vez. En estos casos los padres debemos preguntarnos el
motivo, la causa, el porqué. ¿Utilizamos las mentiras o somos poco sinceros con
nuestros hijos dándoles mal ejemplo? ¿Basamos su educación en el castigo, las
reprimendas y la culpa? Ante estas preguntas debemos tener en cuenta que es muy
difícil exigirle a un niño sinceridad si está creciendo en un ambiente que le
genera temor o culpa, y le engañan frecuentemente.
Tecnoloxía: beneficia ou perxudica?
Republicado con autorización de http://necesitodetodos.org/
Herramientas útiles
Mal hábito
Desarrollo de habilidades
La nueva generación parece moverse con gran
facilidad dentro de la tecnología, que parece apuntar a una conectividad
creciente entre las personas. A estos niños no parece sorprenderles tener
lazos con personas en otro lado del planeta que tienen una cultura
diferente. Solo falta que los adultos los eduquen conforme a las reglas
de la naturaleza que hablan de solidaridad entre todos los seres vivos
Los niños menores de cinco años tienen una habilidad sorprendente
para saber cómo dominar las nuevas tecnologías.
Desde teléfonos inteligentes
hasta tabletas y juegos de consola, no es inusual ver a un niño de uno o dos
años deslizar de forma intuitiva las pantallas y presionar los botones con
seguridad.
Incluso si los padres disfrutan
de la paz momentánea que produce darle a un pequeño un aparato para que juegue,
en secreto les preocupa si ese tiempo al frente de la pantalla le está causando
daños en el cerebro.
Pero al parecer, estos juguetes
tecnológicos pueden ser beneficiosos para el aprendizaje. Y cuanto más interactivo,
mejor.
Un estudio de la Universidad de
Wisconsin, en Estados Unidos, presentado esta semana en una conferencia de la
Sociedad para la Investigación del Desarrollo Infantil, descubrió que los niños
de entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles
que a las que no requieren de interacción (como la televisión).
Según la investigación,
mientras más interactiva y más real sea la pantalla, más familiar se siente
desde la perspectiva de un niño de dos años.
Heather Kirkorian, profesora en
estudios del desarrollo humano y familiar, explicó que su trabajo es un
indicativo de que las pantallas táctiles pueden tener un uso potencial para la
educación de los bebés.
Cuando realizó otra prueba
sobre aprendizaje del habla, los resultados fueron similares.
“Los niños que están
interactuando con la pantalla mejoran mucho más rápido, cometen menos errores y
aprenden a un ritmo más acelerado”, afirmó la especialista.
“Pero no los estamos
convirtiendo en genios, sólo los ayudamos a tener un poco más de información”.
Herramientas útiles
Así que ya pueden respirar más
tranquilos, sus hijos sólo están haciendo lo normal, interactúan con el mundo.
En cualquier caso, la
tecnología, en la forma de celulares y tabletas, está aquí para quedarse. Muchas
escuelas primarias y algunos establecimienos prescolares de Reino Unido están
introduciendo iPads en sus salones de clase para facilitar el aprendizaje.
Entender la tecnología y cómo funciona forma parte del currículo.
A veces es sorprendente la
naturalidad con la que los bebés manejan los aparatos.
“No soy una de esas personas
que cree que no deberíamos exponer a los niños a celulares, tabletas y otros
dispositivos”, comentó Helen Moylett, presidenta deEarly Education, una
fundación que tiene como meta mejorar la calidad de la enseñanza y de los niños
menores de cinco años.
“(La tecnología) puede ser una
herramienta útil e interesante si se utiliza en el lugar adecuado para
ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni como reemplazo de otras cosas”.
No obstante, la mayor
preocupación de Moylett es que no siempre los padres son un buen ejemplo.
“Veo a padres enviando mensajes
de texto mientras caminan. Muchas veces están enganchados a sus aparatos, que
se convierten en una barrera de comunicación con sus hijos”.
Un estudio reciente de la
escuela de educación de la Universidad de Stirling, en Escocia, descubrió que
la actitud de la familia en casa respecto a la tecnología era un factor
importante en la relación del niño con ella.
“Las experiencias de los niños
de tres a cinco años están mediadas por el contexto sociocultural de cada
familia y por las preferencias de cada niño”, fue la conclusión de la
investigación.
“No es la tecnología la que
impulsó o dominó la experiencia de los niños, sino que fueron sus deseos y la
cultura de la familia lo que formó el tipo de compromiso”.
Según Christine Stephen, autora
del estudio, la mayoría de los padres entienden los peligros de la adicción y
la pasividad, por lo que implementan reglas para establecer horarios al frente
de la pantalla que asegure que el niño tenga una variedad de actividades tanto
dentro como fuera de casa.
Mal hábito
Pero existen otros expertos que
no están de acuerdo.
El psicólogo Aric Sigman ha
declarado con frecuencia que los niños están más expuestos que nunca a la
pantalla y que este hábito debe ser cambiado, pues podría llevar a la adicción
o depresión.
Hay quienes advierten de la
sobre exposición a la pantalla.
Sigman calcula que los pequeños
que nacen ahora pasarán el equivalente a un año pegado a las pantallas antes de
cumplir los siete años.
De ser cierto, poca gente
podría negar que sea un dato preocupante.
Si sólo el 9% de los niños en
Reino Unido no tiene acceso a una computadora en casa o en la escuela, podría
afirmarse que las pantallas son dominantes y que, al parecer, no hay vuelta
atrás.
Entonces, la clave podría estar
en que los niños aprovechen al máximo su tiempo frente a la pantalla,
descargando las mejores aplicaciones y programas que contribuyan a su
aprendizaje.
Jackie Marsh, profesora de
educación de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, considera que es
necesario realizar más investigaciones en esta área: “Describir qué es lo que
creemos que deben ser los principios de buenas aplicaciones, porque hay una
falta de un recursos central para los maestros. No se trata sólo de darles
iPad”.
Desarrollo de habilidades
Marsh considera que programas
de buena calidad pueden ayudar a niños con problemas de aprendizaje para
desarrollar las habilidades que no tienen.
La experta explicó, además, que
los sitios de internet también pueden ofrecerles a los niños un espacio virtual
para desarrollar la autoconfianza cuando no puedan hacerlo en casa o en el
salón de clases.
Su mensaje a los padres es que
dos horas de pantalla cada día es suficiente para niños menores de seis años.
Marsh agrega que, a pesar de
que hay una minoría que considera que las pantallas no son saludables, no hay
evidencias que sugieran que son perjudiciales.
Otro estudio afirma que los
niños se aburren con rapidez con un tipo de medio y tienden a combinar el
tiempo al frente de una pantalla con juegos de muñecos o corriendo en espacios
abiertos.
“Podemos caer en pánico sobre
esto, pero los pequeños son muy curiosos y perspicaces”, sostiene Helen
Moylett. “Los niños van a estar expuestos a todo tipo de cosas”.
Quizás, al final, sólo quieren
disfrutar de la tecnología de la misma forma que lo hacen los adultos.
Camiño de paz no fogar
republicado con autorización de http://necesitodetodos.org/
A veces, el hogar se convierte en un
verdadero campo de batalla. Ciertos matrimonios acostumbran discutir a gritos
frente a sus hijos. Los hermanos caen en disputas que, con mucha facilidad, se
tornan violentas. Familias enteras se pelean con otras familias a causa de
viejos agravios. Cultivar la paz en el entorno doméstico es una manera de
lograr que este valor florezca en toda la sociedad. Si cada familia busca que
la armonía reine en su casa y se preocupa por llevar buenas relaciones con sus
vecinos, es más fácil que la paz arraigue en la comunidad.
• No promueva entre sus hijos los juguetes
bélicos.
• Antes de comprarles un juego de video,
revise el empaque y no adquiera los de alto contenido de violencia.
• Identifique en la dinámica familiar
posibles focos de conflicto.
• Si habla frente a sus hijos de temas
como la política, evite el tono agresivo o beligerante.
Xornadas sobre autismo
TEAVI, unha asociación que nace co propósito de dar apoio e respostas ás necesidades das persoas con autismo, organiza unhas xornadas sobre este tema.A información, se vos interesa, é a seguinte:
O vindeiro sábado 17 de outubro ás 09:30 hs., terá lugar no Centro Cultural Helios de Bembrive ( Alameda do Torreiro s/n ), as II XORNADAS TEAVi SOBRE AUTISMO. A organización conta coa colaboración da Alcaldía de Bembrive.Cóntase coa presentación da Asociación por parte de Encarna Fernández (Presindenta da Asociación) e cos relatorios a cargo de María Belén Martínez (Psiquiatra Saúde Mental Infantil do Hospital Álvaro Cunqueiro ), Carmen Marquéz (Psicóloga e coordinadora de B.A.T.A ) e María Pacín (Psicóloga responsable do Gabinete Litus , colaboradora e fundadora da Asociación TEAVi ).
Para realizar as vosas inscripciones tendes/tedes á vosa disposición o teléfono 634887690 ou a través de noso e-mail: teavi.teavi@gmail.com
Para máis información sobre estas xornadas ou sobre a propia asociación, preme na seguinte imaxe:
Nai e traballadora
¿Cómo encontrar el equilibrio siendo madre trabajadora?
Para un gran número de madres alrededor del mundo, encontrar el
equilibrio siendo madre trabajadora, no es sencillo; trabajar es casi una
necesidad u obligación, pues la situación económica no es sencilla de manejar,
y por otro lado, la satisfacción de hacerlo, sentir que se aporta algo al
mundo, que se aprovechan los estudios realizados y que además se convive con
otras personas, es algo que hace buscar ese equilibrio entre la familia y el
trabajo, sea algo completamente necesario.
La madre
trabajadora de hoy en día
Si en un hogar con
padre y madre a la cabeza, la situación laboral – familiar es difícil de
manejar, cuando el hogar tiene su fuerte solamente en la madre, la situación es
aún más complicada, y encontrar el equilibrio es aún más difícil.
Muchos padres que pueden
contar con el apoyo de sus familiares cercanos para cuidar a sus hijos mientras
ellos trabajan, lo cual puede alivianar un poco la situación, muchos otros,
deben recurrir a niñeras y jardines infantiles para poder completar sus
jornadas laborales.
Sin embargo, aunque
encuentren quien pueda cuidar a sus hijos mientras ellos se encargan de hacer
dinero para solventar los gastos del hogar, siempre está la preocupación por no
pasar y compartir el suficiente tiempo con sus hijos.
Encontrar el
equilibrio siempre es importante, pues podréis llevar a cabo tu trabajo y a la
vez la relación con vuestra familia de la mejor manera, así que a continuación
podréis conocer algunos tips que os ayudaran a encontrar ese balance.
5 consejos para que la madre trabajadora encuentre el equilibrio
1. Haced que
vuestros hijos entiendan porque trabajáis, hacedles saber si lo hacéis por las
necesidades económicas, o si lo hacéis porque tenéis sueños profesionales por
cumplir. Es importante que ellos estén enterados y entiendan las razones por
las cuales no podéis pasar tanto tiempo en casa.
2. Cuando
lleguéis a casa después del trabajo, debéis sacar fuerza y animo de donde sea
para pasar tiempo de calidad con vuestros hijos, ayudadles a hacer la tarea,
jugad con ellos, dadles el baño de la noche y haced todas las actividades
posibles, pues lo mejor que podéis hacer al llegar a casa, es aprovechar el
tiempo con ellos.
3. Por fortuna
hoy en día las posibilidades laborales se han ampliado inmensamente, así que si
podéis, buscad un trabajo donde te permitan tele trabajar aunque sea medio
tiempo, o donde no debáis cumplir un horario sino metas, o incluso podéis ser
emprendedora y aprovechar tus conocimientos para colocar tu propia PYME en
casa, con esas opciones podrás manejar mejor vuestro tiempo y acomodar todo
para que podáis pasar más tiempo de calidad con vuestros hijos.
4. Aprovechad
al máximo los fines de semana. Vuestros días de descanso deben ser sagrados
para compartir con los niños.
5. Finalmente,
debéis tener claro que una vez llegues a casa, no debéis hablar más de trabajo,
apaga el móvil y no revises e mails hasta después de compartir con vuestros
hijos, tenéis que entender que ese rato debe ser exclusivo para ellos, y que
aprender a desligarte del trabajo es sano para todos y podréis así, ser una madre trabajadora bien
equilibrada.
é bo comer vendo a tele?
En muchas
familias se acostumbra a comer viendo la tele, sin saber que esta combinación puede
resultar muy mala, no solo para los niños, sino, para todo el grupo familiar.
¿Acostumbra
a comer viendo la tele?
La acción de comer es
vital, pero eso todos lo sabemos, si no comemos, nuestro cuerpo no tendrá la
suficiente energía para hacer las actividades diarias, pero además, es
importante disfrutar de los alimentos, comer tranquilamente, masticar
adecuadamente e incluso, disfrutar del momento compartiendo con los demás
miembros de la familia.
En el mundo entero se
han llevado a cabo estudios científicos, que han arrojado como conclusión, que
aquellos pequeños que comen junto con su familia, se alimentan mejor, pues
comen más verduras, más frutas y más fibra, lo que significa que tienen una ingesta
mayor de vitaminas y minerales, eso hace que sus habilidades de expresión sean
mucho mejores, y además se sienten en mayor integridad con su familia.
3 razones por las que no
deberías comer
viendo la tele
1. Comer viendo la tele es una
acción que contribuye a la obesidad, pues no se presta atención a la comida que
están ingiriendo, no disfrutan su sabor y adicionalmente, no se tiene control
sobre la cantidad de comida.
2. En
promedio, aquellas familias que comen mientras ven la televisión, consumen
menos frutas y verduras, es decir, que ingieren menos vitaminas y minerales que
son esenciales para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente, y que además
pueden prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
3. Po otro lado,
las relaciones familiares se debilitan, pues la conversación se reduce
drásticamente y cuando se habla, la conversación se centra alrededor de lo que
está pasando en la televisión.Así pues, es importante que todos
entendáis, que alimentarse es una actividad completamente necesaria para todos
los seres humanos, que debe ser disfrutada y tomada en serio, si os tenéis el
habito de comer mientras se ve la televisión, esta importante actividad pierde
importancia y pasa a ser una acción accidental y secundaria, que no se
disfruta, lo cual hace que perdáis la conciencia de lo importante que es.
No permitáis que
ningún miembro de la familia forje este mal hábito, pues puede empezar a tener
problemas de salud a causa de una mala alimentación, pero además, las relaciones
familiares pueden debilitarse.
Lo que debéis
fomentar, es el comer en familia el mayor número de veces a la semana posible,
haced que este sea un momento especial entre la familia, que podáis hablar
acerca de su vida y sus actividades diarias.
Finalmente, intentad
que a la hora de comer solo se hable de cosas positivas, dejad de lado todas
aquellas situaciones que puedan resultar preocupantes o estresantes, pues esto
tampoco favorece vuestra digestión.
Recordad siempre que comer viendo la tele no es un buen hábito y debéis dejarlo de
lado si lo hacéis, es especialmente importante si en tu familia hay
niños, pues entre más pequeños tomen el hábito, más duro les será dejarlo de
lado.
Ensinar modales aos nenos
Republicado coa autorización
de: www.educapeques.com/
Autoría: Celia Rodríguez Ruiz
(Psicóloga y Pedagoga)
Los modales son el conjunto de actitudes, comportamientos,
gestos,…que las personas utilizamos para comportarnos en público. Las personas
somos sociales por naturaleza y hemos de convivir unos con otros, los modales
son importantes porque garantizan un buen funcionamiento de las relaciones. Los
buenos modales son signo de respeto hacia los demás, son el modo de
comportarnos en público sin molestar o dañar a los demás. Enseñar
modales a los niños y niñas es algo fundamental, ya que van a
tener que vivir en sociedad y deberán comportarse con respeto a los demás. Sin
embargo, no siempre es fácil enseñar modales a los niños y niñas.
A menudo nuestros niños y niñas se saltan los buenos modales
y aunque insistamos en recordárselos, parece que nuestros esfuerzos no tienen
resultados. Enseñar modales a los niños es mucho más que recordárselos en un
momento concreto, se trata de educarles en el respeto y en un modo social de
comportarse. Veamos cómo podemos enseñar modales a los niños y niñas:
Los modales en niños y niñas
1.
En primer lugar sirve de modelo para ellos, recuerda que tu ejemplo es
muy importante. Los niños y las niñas imitan lo que ven en sus personas
cercanas, en especial los comportamientos sociales y el tipo de interacción. Si
actúas con buenos modales: pidiendo permiso, por favor, gracias, etc… ellos
harán lo mismo de manera inconsciente.
2.
Inculca los buenos modales a los niños y niñas desde un primer momento.
Aunque creas que son pequeños a los dos años ya pueden aprenden algunas normas
básicas de los buenos modales.
3.
Empieza por lo sencillo: por favor, gracias. Ayúdale a crear el
hábito de estos buenos modales. Puedes hacerlo como un juego.
4.
Refuerza sus buenos modales, respóndele de manera positiva.
5.
Ponle metas razonables, sobre todo al principio. Aunque debemos empezar
con los buenos modales desde el principio, es importante considerar la edad del
niño o la niña, y no exigirle de más ya que podemos lograr lo contrario en un
futuro. Por ejemplo a un pequeño de dos años no le podemos exigir que se
mantenga sentado en la mesa durante una hora, pero podemos pedirle que lo haga
5 o 10 minutos.
6.
Al principio guía sus modales con instrucciones en lugar de recordárselo
después. Por ejemplo, cuando os sentéis a la mesa puedes recordarle que se
come con la boca cerrada, que si quiere algo se pide por favor y que después se
dan las gracias, que no se tiene que levantar de la mesa, etc. Así inducimos a
la conducta deseada en lugar de reprochar la no deseada.
7.
Explícale con palabras que pueda entender, porque son importantes los
buenos modales. Si ellos lo entienden se comprometerán con los modales.
8.
Animales a tener buenos modales con sus amiguitos.
9.
Enséñale a saludar con buenos modales, cuando vayas con el niño o niña
por la calle, al entrar en una tienda, al encontrarte con alguien o despedirte,
etc.
10.
Poco a poco a medida que el niño o la niña crece podemos incluir nuevos
conceptos y nuevos modales.
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