O meu bebé é un xenio

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La enseñanza formal y reglada de un niño comienza a los 6 años, con la escolarización obligatoria. Sin embargo, su aprendizaje comienza mucho antes. El niño empieza a aprender el mismo día que nace; probablemente, incluso antes.


En el momento de su nacimiento, tiene todo su cerebro formado. Todas las partes necesarias ya están en su sitio y tiene las neuronas que podrá utilizar el resto de su vida. Pero, aunque está toda la estructura preparada, aún no puede funcionar: le faltan datos.

Un niño aprende más cosas antes de los 6 años de lo que aprenderá el resto de su vida, aunque viva hasta los 100 años.

El bebé llega al mundo en un estado de desarrollo muy inmaduro. La mayoría del resto de los mamíferos nacen pudiendo ya andar; nosotros necesitamos un año para aprenderlo. Nuestro cerebro es tan complejo que no basta la información genética recibida de nuestros padres para completar su desarrollo, sino que necesita de la experiencia y de la relación con el entorno para poder completarse normalmente. Por eso, el aprendizaje de un niño, desde los 0 a los 6 años, no es una simple acumulación de datos, sino que es necesario para organizar y estructurar de manera adecuada su cerebro.
Tomados dato a dato aislados, un niño aprende más cosas antes de los 6 años de lo que aprenderá el resto de su vida, aunque viva hasta los 100 años. Aprende a ver y a reconocer lo que ve, aprende qué es su cuerpo, qué partes tiene y cómo se llaman, aprende quién es su familia, incluso quién es él, aprende a arrastrarse, a gatear, a andar y a correr.
Aprende los sabores de la comida. Aprende sin necesidad de ningún profesor experto, a comprender y expresarse en un idioma que el día que llego al mundo era completamente nuevo para él; lo aprenderá con el acento exacto de su zona ( y si en su casa hablan dos, tres o cuatro idiomas, los aprenderá todos, sin tener que haber estudiado cada día). Aprende a leer, aprende que el fuego no se toca. Hoy en día, aprenderá incluso a manejar el vídeo o el mando a distancia, antes de que papá sirva para qué sirve tanta tecla.

Las 5 grandes rutas

Los bebés utilizan las 5 grandes rutas del aprendizaje para ponerse al día con el mundo. Utilizan la vista para aprender cómo son sus juguetes, sus manos, sus pies, y todo lo que les rodea.
Utilizan el oído para aprender el idioma y para saber cómo suenan las cosas (por eso agitan y golpean todo cuanto cae en sus manos).
Utilizan el tacto para conocer la textura de las cosas. El olfato para saber cómo huelen (hoy sabemos que la primera forma que tiene el bebé de reconocer a su madre es por el olor de su leche).
Y utilizan el gusto para aprender cómo saben las cosas, de ahí que se lo lleven todo a la boca.

El desarrollo de la movilidad -el arrastre y el gateo especialmente- contribuirán también, y de manera fundamental, al desarrollo de su cerebro.