Enfadarse... pero ben!

Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
Autoría: Elena Roger Gamir (Pedagoga)

Es inevitable enfadarnos con las personas que queremos, especialmente con nuestros hijos. Pero hay una gran diferencia entre hacerlo atacando con juicios de valor y culpabilizando o expresando nuestros sentimientos de forma respetuosa.
¿Cómo consigue un padre enfadarse sin herir a su hijo y, además, haciéndole reflexionar sobre su conducta?
  1. Describe la conducta: “Cuando haces o dices…”
  2. Describe tus sentimientos: “Me siento…”
  • Cuando no llegas a la hora que quedamos, me preocupo y siento miedo de que te haya pasado algo malo.
  • Cuando te despierto por la mañana y no te levantas, me enfado; eso hace que ninguno de los dos llegue a tiempo a su trabajo.
  • Cuando me hablas sin respeto, me siento triste y desanimado.
  • Cuando entro en tu cuarto y lo encuentro desordenado, me enfado y me pongo nervioso.

De esta manera, has controlado el momento de la explosión. Le has dado un referente a imitar y has abierto la puerta a un posible diálogo posterior sobre el tema.