Necesito a túa axuda, educo a un neno con alerxia alimentaria

Publicado con autorización de: Carlos Pajuelo 

Sólo te pido tres minutos de atención.
Sabías que una alergia alimentaria es una reacción con síntomas, que pueden ser extremadamente graves pues pueden provocar la muerte, al contacto, ingestión o inhalación de las proteínas de un determinado alimento.
Pues cerca de ti hay padres y madres a los que la vida les da un giro inesperado, son padres y madres a los que tras una reacción alérgica de un hijo les dicen, por ejemplo, “una nuez, un trocito de nuez, puede matar a tu hijo, a tu hija. Toma este autoinyector (una inyección de adrenalina que es muy fácil administrar) y no se te olvide que el niño la tiene que llevar a cualquier parte en la que esté, colegio, casa, parque, etc. porque si tuviera una reacción alérgica es lo único que le puede salvar la vida”.
Y se van a su casa con su hijo, con su hija, con el autoinyector, y con el miedo metido en el cuerpo, con la incertidumbre constante porque el niño cuando llega al colegio, o a casa de sus amigos, no siempre encuentra a unos adultos que digan, “no te preocupes, nosotros nos hacemos cargo del niño, del autoinyector y os vamos a ayudar”.
No, no son ni padres histéricos, ni madres histéricas. ¿Le gustan las chuches a tu hijo? Imagina que el simple contacto con una chuche le pudiera provocar una reacción alérgica muy grave. Y que encima los que te rodeen te miren con cara de “por favor, no seas exagerado”. Los padres de niños con alergias alimentarias son simplemente padres y madres preocupados y que  están doblemente asustados, por un lado, susto por lo que les pueda pasar a sus hijos y por otro lado,  susto por las reacciones de otros adultos, maestros, amigos, padres, etc. que les hacen sentirse incomprendidos.
Cuando los padres ven comprensión a su alrededor disminuye su miedo y su sobreprotección, por eso tú, tu actitud frente a las alergias alimentarias, es muy importante para ellos.
Simplemente son padres y madres a los que una nuez, un cacahuete, un trozo de quesito, de fruta o de tarta, entre otros, puede matar a sus hijos.
Piénsalo despacio la próxima vez antes de decir eso de padres histéricos.
No, no son niños a los que haya que meter en una burbuja de cristal para aislarlos.

Igual estás pensando que en estos casos lo mejor es aislarlos, “por su seguridad”. Pues te recuerdo que son niños que necesitan, como todos los niños, tener una vida normal, es verdad que desde bien pequeños tienen que aprender a elegir los alimentos que pueden y no pueden comer, pero no son niños especiales, ni excepcionales, ni raros. Por eso tenemos muchas cosas que podemos hacer para que los niños con alergias alimentarias no experimenten desde bien pequeños la alergia como un signo de diferencia (el niño que no come chuches, el que no toma tarta…) y que la vivan como un aspecto más de la diversidad humana.
¿Cómo puedes ayudar a estos padres?
1.- Como todas las cosas de la vida con un poco de información, habla con los padres y madres y escúchalos, verás que no son extraterrestres, ni fundamentalistas, ni radicales. Sólo te van a pedir que los alimentos que metas en la mochila de tu hijo la puedan compartir todos los niños, con alergias y sin ellas. No llevar al colegio una chuche, un dulce, o lo que sea no es un esfuerzo si pensamos que esa chuche puede convertirse en un arma letal (y que además tu hijo puede ingerir en tu casa sin problemas).
2.- Con empatía. Educamos a nuestros hijos para que vivan en un mundo que está regulado por normas sociales. Enseñar a pensar en las necesidades de los demás tiene el mismo valor educativo que enseñar a no tirar papeles al suelo, a respetar las plantas, a pedir las cosas por favor, etc. No hacer sentir a los niños con alergias alimentarias como si fueran niños “raros”, te recuerdo que tus hijos y los niños con alergias alimentarias pueden compartir muchísimas comidas de manera conjunta. Esto también es ser empático, pensar en lo que nos une a todos y no en lo que nos diferencia.

Gracias por tus tres minutos de atención y no olvides que estos padres tienen que estar cada día 1440 minutos atentos , por eso agradecen encontrar a personas que les ayuden.

Pensar en las necesidades de otros es también una buena manera de educar.