Autoría: Cristina Tèbar
(especialista en el método Montesori)
Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com
Nuestra manera de expresarnos
influye mucho en cómo nos relacionamos con los demás, ya sean niños,
adolescentes o adultos, en concreto en las siguientes situaciones:
• Cuando queremos pedirle a
alguien que haga algo.
• Cuando queremos recordarle a
alguien una norma o límite.
• Cuando queremos indicar a
alguien que lo que está haciendo no nos gusta o no nos parece bien.
Estas situaciones se producen
muchas veces al día, especialmente cuando tratamos con niños. Y nuestra manera
de expresarnos influye mucho en la respuesta que vamos a recibir por parte de
la otra persona.
Decirlo con o sin asertividad
Esto tiene mucho que ver con la
comunicación asertiva. La asertividad es la actitud que tiene una persona al
expresar su punto de vista de un modo claro y de una forma totalmente
respetuosa ante el interlocutor.
Por ejemplo: Mi peque de 4 años
quiere ir al parque, pero tiene sus juguetes tirados por todo el suelo del
salón. Puedo hablarle de varias formas:
- Como no recojas tus juguetes te quedas sin ir al parque
- Hasta que no recojas los juguetes no nos vamos al parque
- Iremos al parque en cuanto termines de recoger tus juguetes
¿Cuál de estas frases te suena
mejor?
Si te las dijeran a ti, ¿cuál de
ellas te animaría más a recoger tus juguetes de buena gana?
El simple hecho de elegir una u
otra de estas frases puede marcar la diferencia entre una comunicación efectiva
y una lucha de poder (y como seguramente ya has comprobado en tu vida, las
luchas de poder no conducen a nada bueno… al final nadie gana).
No tiene mucho misterio, somos
más proclives a hacer algo que nos piden si lo percibimos de manera positiva,
sin agresividad ni amenazas.
Desaprender para aprender
asertividad
Lo complicado es ponerlo en
práctica en el día a día, porque supone “desaprender” frases y maneras de
expresarnos que tenemos muy arraigadas desde nuestra propia infancia, y
sustituirlas por expresiones más positivas.
La clave es la práctica, al
principio cuesta un poco buscar la manera de decir una determinada frase de
manera positiva pero cuando te acostumbras llega un momento en que ya te sale
solo.
10 frases para comunicarnos
de
manera positiva con nuestros hijos
Aquí tienes 10 expresiones
habituales y su versión más positiva. No tienes que utilizar estas frases, se
trata de ejemplos para que te hagas una idea y puedas crear tus propias
expresiones positivas a tu medida.
Practica hasta que sean
automáticas.
Algo que suele funcionar muy bien
es pensar en qué situaciones utilizamos este tipo de frases y practicar la
nueva frase que queremos empezar a utilizar. Si ya lo hemos “ensayado” en frío
nos resultará más fácil tener lista esa nueva expresión cuando necesitemos
utilizarla en caliente.
Es posible dar una vuelta a esas
expresiones que utilizáis habitualmente con vuestros hijos y que sentís que ni
funcionan ni os hacen sentir bien, utilizando las expresiones del cuadro
anterior de la chuleta como ejemplo.
Seguro que se os ocurre la forma
de expresar lo mismo de una manera más positiva, efectiva y respetuosa. Os
animo a probarlo no solo con vuestros hijos sino también con adultos, ¡esto no
tiene edad!