Tú, tu adolescente y el WhatsApp: Claves para Educar

CARLOS PAJUELO (http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/)
PUBLICADO CON LA AUTORIZACIÓN DEL AUTOR

Carlos Pajuelo, la otra noche escuché a mi hija mientras hablaba por teléfono con una amiga y  me quedé de piedra cuando la escuché decir que Raúl, un medio noviete que tiene, le dice que tiene que enseñarle el WhatsApp porque esa es una señal inequívoca de que le quiere. En cuanto ha colgado he hablado con ella pero realmente lo único que le he dicho es ¡hay que ver con los dichosos móviles la de problemas que nos están trayendo!”.  Esto me escribió hace unos días un lector del blog  para terminar preguntándome “¿Tú crees que el WhatsApp puede ser peligroso para un adolescente?”

El WhatsApp, al igual que otras tecnologías de la comunicación, forma parte de la vida de nuestros hijos (y de la tuya) y además está en tu casa, así que en vez de asustarnos aprovechemos las nuevas tecnologías para educar a nuestros hijos en su buen uso y disfrute.
El WhatsApp llegó para quedarse. Así que como padres, ¿qué hacer? Pues fácil, Educar. Te doy algunas claves sobre qué aspectos de las Nuevas Tecnologías debemos tratar, SÍ o SÍ, con nuestros hijos para que entre todos hagamos un buen uso de ellas.
1º.-Hijo,  el WhatsApp es una herramienta,  que hay que aprender a utilizar porque depende de cómo lo uses para que te sea beneficioso o perjudicial.
2º .- Hijo, no codiciarás el WhatsApp de tu prójimo. No tienes que controlar ni el  WhatsApp ni la vida de nadie, ni debes permitir que nadie te lo controle a ti. Dejad bien claro a vuestros hijos y a vuestras hijas que las pruebas de amor sólo las piden personas con muy poca o nula autoestima, acaparadoras e inseguras.
3º.- Hijo, no insultarás, ni menospreciarás ni difamarás a nadie por WhatsApp, ni en conversación privada ni en grupo. Cuanto más se habla mal de alguien peor queda el mal hablador. Así que utilízalo para hablar bien de la gente, para resaltar los aspectos positivos y si tienes alguna de queja de alguien, díselo a la cara.
4º.-Hijo,  tu cuerpo, tu físico,  es tuyo, pero si envías fotos tuyas a través de  WhatsApp puede ser del mundo entero. Yo entiendo, y tú como padre o madre de una adolescente enamorado debes de comprenderlo también,  que un adolescente en un momento determinado mande una foto comprometida  a su amorcito, por esta razón lo que hay que decirles es: ¿Estás preparado para que corra esa foto por el colegio o instituto?,¿te gustaría? Pues si no estás preparado no lo hagas y si te llega alguna foto a ti no la difundas, porque entonces serás tan responsable como el primero que traicionó la confianza de alguien.
5º.-Hijo, ¿han leído tu mensaje y no te contestan?, Pues será porque no te quieren contestar, no pueden o no saben qué decirte. Aguántate, ten paciencia y no te enfades y menos aún empieces a hacerte la víctima. Por mirar más el móvil no van a contestarnos antes. Pero claro para esto hace falta que los padres no contestemos nuestros mensajes en mitad de la comida.
6º.- Hijo, tienes un grupo de WhatsApp, pues cuando escribas algo piensa que sea de interés para todo el grupo. ¿Tienes duda si es de interés? Pues entonces no lo escribas. Tus mensajes te retratan.
7º.- Hijo, no seas pesado  cuando uses el WhatsApp, así que deja de enviar el mismo o parecido mensaje una y otra vez, por muy gracioso o importante que te parezca. Lo que a ti te hace gracia puede ser molesto para otras personas.
8º.-Hijo,  ¿sabes que es acosar? ¿Sabes que enviar mensajes a quién no los quiere recibir es acoso? Escribe sólo a quien te autorice a escribirle y si se cansa de tus mensajes deja de escribirle. Así de sencillo. No le podemos caer bien a todo el mundo, ni siquiera a todos los que nos caen bien a nosotros.
9º.-Hijo,  usa el WhatsApp para comunicarte pero si lo puedes hacer en persona ni punto de comparación.
10.-Hijo,  las nuevas  tecnologías son estupendas, si tu WhatsApp te hace sufrir es porque no lo estás utilizando correctamente. Así que ponte a la tarea.
¿Has hablado de todo esto con tu hijo? Pues ahora nos lo aplicamos los padres. ¡Yo el primero!