É posible saír polas mañás puntual e sen présa

Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com/
Autoría: Elena Roger Gamir (Pedagoga)

¿Es posible salir por la mañana puntual y sin prisas?

Que en la mayoría de las familias por la mañana haya prisas y mal humor no justifica que en la tuya lo haya también. No es lo funcional ni lo mejor para los niños. Es un mal ejemplo de planificación para ellos, a demás de ser un motivo de mal humor y estrés para toda la familia.
Ellos son los niños. A ellos les cuesta prever y adelantar consecuencias: llegaremos tarde, cogeremos todo el tráfico, hemos de hacer varias paradas antes de llegar al colegio, puede haber un imprevisto por el camino…. Su proceso de pensamiento es diferente al nuestros, su capacidad de abstracción más limitada, además de sus intereses que generalmente no incluyen querer ser puntual al entrar al colegio.

No son solo prisas y estrés…

Este momento del día es importantísimo porque predispone a pasar el día de una forma u otra. Porque puede ser una oportunidad para enseñar a los niños a planificar y gestionar el tiempo. Porque permite entrenarles en la necesidad de trabajar en colaboración: si uno se retrasa, se retrasa toda la familia.
Puedes ayudarle a tener conciencia de que es capaz, de que él es parte de la solución; puedes promover el conocimiento y respeto de derechos y deberes en la familia, a fomentar mecanismos de autorregulación en tu hijo… Es en definitiva una oportunidad para desarrollar flexibilidad y habilidades cognitivas en tus hijos.

Así como le enseñes a gestionar todas las operaciones para llegar puntual al colegio, así generalizará ese aprendizaje a otras áreas de su vida. De ahí que le des la importancia que tiene a esta franja del día, que exige un pensamiento reflexivo importante.
Una buena estrategia es hacer una reunión familiar para detectar los problemas que os impiden levantaros de buen humor y conseguir salir con puntualidad. Así, una vez detectados, podréis involucrar a todos en la búsqueda de soluciones: dejar preparado el material y la ropa el día anterior, repasar normas de uso y horario de pantallas para conciliar el sueño, maneras en que a vuestros hijos les gustaría despertarse…

El cambio, mejor en grupo

A ningún niño le gusta sentir presión, ni por la mañana ni a ninguna hora. Si le ayudas a detectar dónde falla, seguramente intentará implementar alguna solución. Lo importante es que no sea aislada porque generalmente el retraso de la mañana se debe a malas rutinas familiares, no solo de un miembro, y si no se cambia en grupo el esfuerzo de uno solo no será persistente.
Recuerdo a un niño que, cansado de tanta presión, en una reunión familiar, dijo que él era más lento que los demás y que necesitaba más tiempo por lo que propuso despertarse solo, con un despertador, antes que el resto de la familia, para así poder hacer lo que más le gustaba: desayunar tostadas con mermelada y mantequilla, algo que solo podía hacer los fines de semana. ¡Y funcionó! Se organizó de tal manera el tiempo que estaba listo unos minutos antes de la hora de salida. Este niño solo tenía 7 años y la solución partió de él.

Eres modelo. ¿Qué quieres que aprendan de ti?

Observa cómo te despiertas por la mañana y con qué actitud. Trata de contagiarla a tus hijos si es optimista y si no lo es, cosa muy legítima, intenta no trasmitírsela. No actúes en función de tu estado de ánimo sino en función de tus objetivos pedagógicos.

A pesar de tu cansancio, de tu preocupación o de tus expectativas del día, despierta a tus hijos con una sonrisa. Les enseñas que tus problemas y tu cansancio son tuyos y que no es justo que ellos lo compartan.