Un neno difícil soe ter problemas coas emocións

Republicado con autorización de: http://www.escuelaenlanube.com/

Muchos docentes tienen la creencia que un niño difícil es aquel que es criado de forma incorrecta por sus padres. A menudo se dice que estos niños “no tienen los límites suficientes”…
No obstante, no siempre un niño difícil es el resultado de una acción errónea de sus padres. A menudo un niño difícil tiene problemas de carácter emocional que no ha podido resolver.
Existen niños que tienen altas demandas afectivas (con frecuencia por vivencias o por cuestiones que ellos mismo no han podido manifestar o han quedado sin resolver). Por otra parte, a veces los niños no pueden (o no saben) expresar correctamente sus emociones. Así, pueden creer que sienten tristeza cuando en realidad debajo del llanto se esconde bronca o resentimiento.

Niño difícil: ¿Cómo ayudamos a un niño a canalizar sus emociones?

1 – Reforzando el poder positivo de la palabra

Frente a un niño difícil es importante remarcar aquellos aspectos positivos. Es decir, aquellas cosas que él haga correctamente y felicitarlo por ello. Debemos hacer foco en celebrar sus logros. Caso contrario eso elevará mucho más sus enojos y crecerá su angustia.
Proponemos que utilices frases como: “confío en ti”, “eres muy especial para mí” o “yo sé que lograrás esto”.

2 – No lo juzgues

A menudo muchos padres se colocan en un lugar donde recriminan aquellas cosas que sus hijos hacen mal. Por ejemplo: “siempre haces mal esto”, “no sé para qué te envío a básquet si eres tan malo”.
Por el contrario nuestra actitud tiene que ser de apoyo. Recuerda que toda palabra (positiva como negativa) quedará dando vueltas en la mente y en el corazón de nuestros hijos incluso cuando ellos sean adultos. Por eso es necesario que ellos tengan un arsenal de palabras positivas y de entusiasmo para que logren forjar una autoestima elevada y poder enfrentar los problemas presentes con la solvencia y la base afectiva necesaria para constituir así una psiquis saludable de adultos.

3 – Tu actitud es “todo” para ellos

Genera confianza en lo que ellos están haciendo. Promueve un lazo cercano, comprensivo y de confianza.
Evita ironizar lo que él/ellos tienen para decir. Mantén una comunicación fluida y diaria para que sientan que pueden contar contigo incluso en el día a día y con todas las complicaciones cotidianas.
Hazle saber con gestos (más que con palabras) que ellos están siendo escuchados y que pueden contar con tu palabra, presencia y compañía.

4 – Promueve su equilibrio interno

Muéstrales de qué modo una emoción puede transformarse en palabras. Enséñales cómo reconocer un sentimiento. Márcales que se pueden canalizar las emociones mediante actividades como el arte, el canto, la danza, etc.

Es importante que reconozcamos como adultos que una emoción bloqueada es una espina que se ancla entre medio de piedras. Es decir, es una espina muy difícil de extraer pero imprescindible hacerlo ya que, de no tomar esta emoción con importancia, se caerá en la ilusión de que la misma ha desaparecido cuando por el contrario, ésta ha socavado aún más hasta pasar inadvertida pero dolerá aún más su presencia invisible.