Charla Resolución de Conflitos

         O martes 7 de marzo, de 15,10 a 16,40 horas, terá lugar unha nova charla da Escola de Pais do centro. Esta charla, destinada a nais e pais de alumnos/as de 2º e 3º Ciclo de Primaria e da ESO, leva por título:


“Resolución de conflitos”


         A charla, que se imparte dentro do Programa de Prevención no ámbito familiar “máis que un teito”, será impartida por:


David Martínez López 
Pedagogo da Asociación Érguete



A imaxinación nos nenos: etapas

Republicado con autorización de: http://www.educapeques.com
Autoría: María Eugenia Daney


La imaginación de los niños

Ciertamente la imaginación en los niños es una de las formas para que ellos logren expresarse y comunicar su mundo interior. Sin embargo fomentar la imaginación en los niños tiene otros grandes beneficios para su mente:

  • Ayuda a que el niño desarrolle un pensamiento abstracto
  • Libera tensiones
  • Amplía su mundo y sus límites internos
  • Promueve la risa
  • Favorece el bienestar psíquico del niño



Etapas de la imaginación de los niños


Desde los 2 hasta los 5 años

Desde ya que en los primeros años de juego, el niño comienza a jugar con juegos que son básicamente motores y sensoriales pero con el paso de los días dicha actividad ya no resulta de interés y el niño debe recurrir a su propia imaginación. Así surgen juegos, como por ejemplo las muñecas o muñecos, a los cuales los niños darán vida con su imaginación, pasando así a ser un juguete animado para ellos.
Con este primer paso su imaginación crece notablemente. El segundo paso suele ser que el niño le otorgue atributos de sus propios padres, familiares o incluso de él mismo al muñeco animado.  De esta forma el niño juega y razona a la vez como un adulto.


Desde los 6 hasta los 10 años

Al llegar a esta edad, la imaginación en los niños permite que su experiencia se torne más abstracta. Por tales razones, lo que antes era solo el juego de una muñeca con características de mamá o de algún familiar, ahora se vuelve un juego mucho más creativo y abstracto.
Es, a partir de esta edad, que los niños pueden crear e imaginar cosas sin la necesidad de tener los elementos a la vista. Por ejemplo, pueden suponer lo que sucederá (hipotetizar sobre ello) con la imaginación.
Posteriormente este proceso se vuelve reglado y cada vez más social, es decir, comienzan a jugar en grupo.


Durante la adolescencia

Al llegar a esta etapa, el adolescente se vuelve más sentimental e idealista por tanto existe un brote de creatividad e imaginación que puede llegar a ser la antesala de una posible y futura profesión de la persona (siempre y cuando nos demos cuenta para poder incentivar esto de la forma adecuada).


¿Cómo estimular la imaginación en los niños?

Incentivar la imaginación del niño no tiene que ser una tarea complicada o algo que podamos obtener desde un manual de texto. Por el contrario es importante observar a cada uno de los niños, reconocer y recordar cada uno de sus intereses y fomentar de formas innovadoras la creatividad de los niños.
En primer lugar diremos que, como sostenemos siempre, es de radical importancia que conozcamos los intereses de cada niño. Hay niños que se entusiasman al representar una obra teatral y ésta es la mejor forma de fijar un conocimiento. Por otra parte, hay otros niños que suelen preferir los juegos más sencillos u ortodoxos. Existen niños que prefieren los juegos donde ellos sean los protagonistas. Otros niños que desean simplemente darle animación a otro juguete y crear, desde allí una historia, etc.
Es importante dejar que cada niño haga su aporte creativo puesto que realmente quedamos sorprendidos con su colaboración.

Por último el factor tiempo es fundamental. Más allá de la edad cronológica de cada niño y su evolución interna, debemos ser pacientes y fomentar dicha imaginación paso a paso.

Agora é o meu turno

Republicado con autorización de: http://www.solohijos.com
Autoría: Elena Roger Gamir (pedagoga)


Enseñarles a respetar tus necesidades
 es tan importante como satisfacer las suyas.

Quererles no significa que tú desaparezcas. Ellos no pueden crecer creyendo que son el centro del mundo, del suyo y el nuestro. Son muy importantes para nosotros pero su vida no anula la nuestra.
Como padres también tenemos unas necesidades que ellos, igual que nosotros hacemos con las suyas, tienen que respetar.
Por eso, no te sientas culpable cuando estás dedicando un tiempo a ti mismo. Tienes y debes tener un tiempo para ti y debes exigírselo a tu hijo. No creas que estás siendo egoísta. Le estas enseñando a respetarte y eso le enseña también a respetarse a sí mismo.

Cuando necesites ese tiempo, dile algo parecido a esto: “Yo te quiero y me encanta estar contigo pero ahora es mi turno. Es mi momento y te toca a ti esperar ”. Adapta el mensaje en función de la edad madurativa de tu hijo.

Terrores nocturnos

Republicado con autorización de: http://asenarco.es/



¿Qué son los terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos, son trastornos del sueño en los cuales el sujeto se despierta rápidamente de su sueño aterrorizado. Se puede despertar gritando y con frecuencia asustado y confundido. Puede llegar a golpear violentamente los objetos de su alrededor sin ser consciente de su entorno. Puede estar sudando, respirando muy rápido, tener una frecuencia cardiaca rápida y pupilas dilatadas. El episodio suele durar de 10 a 20 minutos y luego volver a dormirse. El suceso ocurre durante la fase de sueño profundo en las primeras horas de la noche. Generalmente no se recuerda ningún sueño. A la mañana siguiente tampoco se recuerda lo ocurrido por la noche.

¿Con qué factores se relaciona?

Las causas más habituales con las que se relacionan los terrores son:

Antecedentes de este problema en la familia; La tendencia a padecerlo puede heredarse, el 80% de los niños con terrores tiene algún familiar con este problema.
Desarrollo inmaduro del cerebro; Los terrores nocturnos pueden reflejar etapas del desarrollo en el que el cerebro aún es inmaduro y por eso el niño tiene dificultad para salir completamente del sueño muy profundo o despertarse, produciendo un despertar incompleto.
La fiebre y ciertos medicamentos; Tanto la fiebre como los medicamentos pueden aumentar las fases de sueño profundo haciéndolas aún más profundas lo que puede ayudar a que puedan aparecer terrores nocturnos.
La falta de sueño o tener horarios de sueño irregulares, puede provocar que las fases de sueño profundo sean aún más profundas y de nuevo pueden ayudar a que aparezcan terrores.

¿Cuándo es más frecuente?

Los terrores nocturnos son muy frecuentes en la infancia. Se calcula que un 40% de las personas han tenido en su infancia algún episodio, pero pocas los siguen sufriendo en la edad adulta.
La inmensa mayoría de las veces se da en niños sanos alcanzando su mayor frecuencia a los 11 años, no nos debe preocupar puesto que desaparece a medida que el niño crece en torno a los 12- 15 años. Sin embargo, cuando éstos aparecen en la edad adulta es más preocupante. El hecho de sufrir terrores nocturnos en edad adulta, puede estar relacionado con problemas emocionales como la ansiedad, depresión u otros problemas de personalidad.

¿Cuando es importante pedir ayuda profesional?

Cuando el problema existe desde hace mucho tiempo o bien ocurre tan a menudo que está perturbando el buen descanso, provocando un malestar importante, deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. (Cansancio, vergüenza…)
El inicio de los terrores nocturnos se produce después de los 11 años.
Los terrores aparecen en un momento de mucha tensión o por problemas emocionales.

¿Qué consecuencias tiene el sufrir terrores nocturnos?

Si el niño se despierta de noche porque ha tenido una pesadilla puede resultarle difícil volver a dormirse, lo que altera su descanso nocturno.
Somnolencia diurna. Las consecuencias de dormir mal por la noche es la somnolencia por el día. La persona se puede encontrar por el día cansada, con falta de concentración… pudiéndole afectar al rendimiento de la actividad diaria. En los niños en el ámbito escolar. En los adultos en el ámbito laboral.


Consejos para manejar los terrores nocturnos…

Lo más importante para los padres y personas que viven acompañados de este trastorno, es conocer el problema. Debes conocer qué son los terrores nocturnos. Cómo prevenirlos. Qué hacer en caso de sufrirlos…
Existen una serie de pautas que ayudan a prevenir los terrores nocturnos y otros trastornos del sueño:

Puedes ayudar a prevenir alguno de los miedos para evitar más terrores:

  • Evitando programas o películas violentas o de terror que estimulen la imaginación de su hijo.
  • Evitando que las personas que cuidan del niño u otros niños más mayores los asusten o persigan con miedos durante juegos.
  • Llevar una buena higiene del sueño ayudará a prevenir trastornos del sueño.
  • Mantenga horarios regulares para acostarse y levantarse
  • Mantenga buenos hábitos alimentarios, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal.
  • Evite excitantes, Reduzca o suprima el consumo de café, té, cacao, bebidas colas y del chocolate.
  • Practique algún tipo de ejercicio de relajación durante el día (Yoga, tai-chi, meditación…). Podrá ponerlo en práctica antes de acostarse.
  • Evite la falta de sueño. Puede ser útil una siesta de una hora después de comer.
  • Repita cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente… A los niños las rutinas les hace sentir seguros.
  • Disponga de un entorno apropiado para dormir (silencioso, oscuro y con temperatura agradable entre 18 y 20 grados.


¿Qué puedes hacer cuando te encuentras 
ante una persona que acaba de sufrir un terror nocturno?
                  
Cuando el niño se despierte asustado con terror, no debemos entrar en su cuarto encendiendo todas las luces. Es preferible andar un poco a tientas y encender sólo una luz suave. De esta manera evitaremos que asocie la oscuridad con el malestar y la luz con la seguridad y que pueda acabar desarrollando un miedo a la oscuridad. Además así será más sencillo que se duerma de nuevo.
Si el niño acaba de despertarse aterrado hay que consolarle y ayudarle lo antes posible. Se le puede abrazar y cogerle de la mano mientras se le tranquiliza con palabras. Háblale con ternura pero también con firmeza y seguridad.
En el momento de haber tenido el suceso no es buena idea hablar en detalle sobre ello. El niño podría activarse más y eso dificultar el dormirse. Es bueno darle una explicación adecuada a su edad explicándole que ha sido “un mal sueño”, que le pasa a o toda la gente y que no puede hacerle ningún daño.
Es recomendable permanecer con el niño hasta que se haya calmado lo suficiente como para volver a dormirse, pero también es importante que el niño permanezca en su habitación y duerma en su propia cama. Si permitimos que nuestro hijo se acueste con nosotros cada vez que tenga miedo o pesadillas, o somos nosotros los que dormimos con él no le ayudaremos a superar esta etapa. Pudiendo tener las siguientes consecuencias:

Existe el riesgo de que se convierta en un hábito difícil de romper.

Los niños pueden tener la impresión equivocada de que en realidad hay algo que temer en sus propias camas o en su habitación y por otro lado el niño creerá que no es capaz de superarlo por si solo creando dependencia e inseguridad en sí mismo.

¿Es conveniente tomar medicamentos para la desaparición de los terrores?

Los niños no deben tomar fármacos para eliminar los. Este tipo de medicamentos puede producir importantes efectos secundarios y en el momento en que dejan de tomarse desaparecen sus beneficios, por lo que en ningún caso solucionan el problema. Además, apenas existen estudios bien controlados sobre fármacos para pesadillas y en los pocos que hay sólo se han experimentado con adultos.

En la mayoría de los casos los terrores son parte del desarrollo normal y desaparecerán después de un tiempo. Si los terrores siguen siendo un problema, incluso cuando has actuado de la manera descrita aquí, es recomendable solicitar la ayuda profesional de un psicólogo especialista en problemas de sueño.

Si acudes al psicólogo…

El primer paso será llevar a cabo una exploración del problema.

Entrevista con los padres o con la persona que tiene el problema. El psicólogo le hará una serie de preguntas con el fin de obtener toda la información sobre la historia del problema.
Se ayudará de un diario del sueño. Se trata de un registro a cumplimentar por padres o por la persona que tiene el problema.

  • Fecha
  • Suceso nocturno  
  • Hora 
  • Descripción de lo ocurrido       
  • Miedo (0-10)       
  • ¿Qué hacen los padres? 
  • ¿Qué hace el niño?

                                              
Cuando el psicólogo tenga realizada la evaluación, realizará un diagnóstico y llevará el tratamiento más adecuado para usted.
El abordaje psicoterapéutico de los terrores se ha planteado, fundamentalmente, desde el enfoque de intervenciones de terapia conductual y terapia cognitivo-conductual, si bien es compatible con otras terapias alternativas destacando el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) y la hipnosis.

Bibliografia: Sierra J.C. Sánchez A.I. Miró E. Buela- Casal G.“el niño con problemas de sueño”

Pesadelos

Republicado con autorización de: http://asenarco.es/


Una pesadilla es un sueño desagradable de contenido terrorífico que origina fuertes sentimientos de miedo, terror, angustia o ansiedad. Ocurren generalmente durante el sueño REM, en la segunda mitad de la noche, tenderán a ser más frecuentes en las últimas horas del período de descanso (de 4:00 a.m. a 7:00 a.m.). Al despertarse el individuo tendrá la capacidad de recordar lo que ha soñado.

¿Por qué aparecen las pesadillas?

Los sueños desagradables son más frecuentes cuando la persona está angustiada o preocupada por algo. A menudo, tendrán un tema similar al de las preocupaciones o miedos de la persona. Las causas son psicológicas, aunque existen algunos factores de tipo orgánico que pueden hacer que en un momento aislado ocurran. Por ejemplo, la fiebre produce un aumento del sueño muy profundo y elimina el sueño paradójico. Después de haber tenido fiebre se producirá una recuperación del sueño paradójico que se perdió pudiendo ocasionar la aparición de pesadillas.

¿Debes preocuparte si tienes pesadillas?

En la mayoría de casos no hay motivo de preocupación. Las pesadillas son un fenómeno frecuente en la infancia y adolescencia. Se calcula que entre el 10 y el 50% de los niños con edades comprendidas entre los 3 y los 6 años las sufren. En los niños y adolescentes jóvenes forman parte del proceso normal de desarrollo. Sin embargo, cuando éstas aparecen en la edad adulta es más preocupante. El hecho de sufrir pesadillas en edad adulta, puede estar relacionado con problemas emocionales como la ansiedad, depresión u otros problemas de personalidad.

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Cuando las pesadillas existen desde hace mucho tiempo o bien ocurren tan a menudo y son tan intensas que están perturbando el buen descanso y además, están provocando un malestar importante tanto en el ámbito escolar/laboral, social, familiar o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

¿Qué consecuencias tienen las pesadillas?

Si el niño se despierta de noche porque ha tenido una pesadilla puede resultarle difícil volver a dormirse, lo que altera su descanso nocturno.
Somnolencia diurna. Las consecuencias de dormir mal por la noche es la somnolencia por el día. La persona se puede encontrar por el día cansada, con falta de concentración… pudiéndole afectar al rendimiento de la actividad diaria. En los niños en el ámbito escolar. En los adultos en el ámbito laborar.
Alteraciones del sueño de toda la familia.



QUÉ DEBEN SABER LAS PERSONAS 
QUE VIVEN ACOMPAÑADOS DE LAS PESADILLAS…

Los padres y personas que viven acompañados de las pesadillas deben estar informados del problema. Deben conocer qué son las pesadillas. Cómo prevenirlas. Qué hacer en caso de padecerla…

Puedes ayudar a prevenir alguno de los miedos de tus hijos para evitar más pesadillas:

  • Evitando programas o películas violentas o de terror que estimulen la imaginación de su hijo.
  • Evitando que las personas que cuidan del niño u otros niños más mayores los asusten o persigan con miedos durante juegos.
  • Ofreciendo alguna actividad diurna que le permita disfrutar o relajarse al niño.
  • Llevar una buena higiene del sueño ayudará a prevenir trastornos del sueño.
  • Mantenga horarios regulares para acostarse y levantarse
  • Mantenga buenos hábitos alimentarios, una dieta equilibrada rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal.
  • Evite excitantes, Reduzca o suprima el consumo de café, té, cacao, bebidas colas y del chocolate.
  • Practique algún tipo de ejercicio de relajación durante el día (Yoga, tai-chi, meditación…). Podrá ponerlo en práctica antes de acostarse.
  • Evite la falta de sueño. Puede ser útil una siesta de una hora después de comer.
  • Repita cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama. Lavarse los dientes, ponerse el pijama, preparar la ropa del día siguiente… A los niños las rutinas les hace sentir seguros.
  • Disponga de un entorno apropiado para dormir (silencioso, oscuro y con temperatura agradable entre 18 y 20 grados.


¿Qué puedes hacer cuando te encuentras 
ante una persona que acaba de sufrir una pesadilla?

Cuando el niño se despierte asustado por una pesadilla no debemos entrar en su cuarto encendiendo todas las luces. Es preferible andar un poco a tientas y encender sólo una luz suave. De esta manera evitaremos que asocie la oscuridad con el malestar y la luz con la seguridad y que pueda acabar desarrollando un miedo a la oscuridad. Además así será más sencillo que se duerma de nuevo.
Si el niño acaba de despertarse de una pesadilla hay que consolarle y ayudarle lo antes posible. Se le puede abrazar y cogerle de la mano mientras se le tranquiliza con palabras. Háblale con ternura pero también con firmeza y seguridad.
En el momento de haber tenido la pesadilla no es buena idea hablar en detalle sobre el contenido del sueño, ya que el niño podría activarse más y eso dificultar el dormirse. Es bueno darle una explicación adecuada a su edad explicándole que ha sido “un mal sueño”, que le pasa a o toda la gente y que no puede hacerle ningún daño.
Al día siguiente se puede hablar del contenido del sueño, si es que el niño tiene edad suficiente y quiere hablar de ello. Hablar de sus temores muchas veces ayuda a los niños a sentirse mejor pero siempre y cuando el niño quiera hacerlo.
Es recomendable permanecer con el niño hasta que se haya calmado lo suficiente como para volver a dormirse, pero también es importante que el niño permanezca en su habitación y duerma en su propia cama. Si permitimos que nuestro hijo se acueste con nosotros cada vez que tenga miedo o pesadillas, o somos nosotros los que dormimos con él no le ayudaremos a superar esta etapa. Pudiendo tener las siguientes consecuencias:.
Existe el riesgo de que se convierta en un hábito difícil de romper.
Los niños pueden tener la impresión equivocada de que en realidad hay algo que temer en sus propias camas o en su habitación y por otro lado el niño creerá que no es capaz de superarlo por si solo creando dependencia e inseguridad en sí mismo.

¿Es conveniente tomar medicamentos para la desaparición de las pesadillas?

Los niños no deben tomar fármacos para eliminar las pesadillas. Este tipo de medicamentos puede producir importantes efectos secundarios y en el momento en que dejan de tomarse desaparecen sus beneficios, por lo que en ningún caso solucionan el problema. Además, apenas existen estudios bien controlados sobre fármacos para pesadillas y en los pocos que hay sólo se han experimentado con adultos.
En la mayoría de los casos las pesadillas son parte del desarrollo normal y desaparecerán después de un tiempo. Si las pesadillas siguen siendo un problema, incluso cuando los padres han actuado de la manera descrita aquí, es recomendable solicitar la ayuda profesional de un psicólogo especialista en problemas de sueño.

Si acudes al psicólogo…


El primer paso será llevar a cabo una exploración del problema. 
Entrevista con los padres o con la persona que tiene el problema. El psicólogo le hará una serie de preguntas con el fin de obtener toda la información sobre la historia del problema.
Se ayudará de un diario del sueño. Se trata de un registro a cumplimentar por padres o por la persona que tiene el problema.
  • Fecha
  • Suceso nocturno  
  • Hora 
  • Descripción de lo ocurrido       
  • Miedo (0-10)       
  • ¿Qué hacen los padres? 
  • ¿Qué hace el niño?
  •                                     

Cuando el psicólogo tenga realizada la evaluación, realizará un diagnóstico y llevará el tratamiento más adecuado para usted.

El abordaje psicoterapéutico de las pesadillas se ha planteado, fundamentalmente, desde el enfoque de intervenciones de terapia conductual y terapia cognitivo-conductual, si bien es compatible con otras terapias alternativas destacando el EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) y la hipnosis.


Bibliografia: Sierra J.C. Sánchez A.I. Miró E. Buela- Casal G.“el niño con problemas de sueño”