Necesidades afectivas dos nenos e nenas

Necesidades afectivas de los niños y niñas
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A lo largo de la historia se ha podido identificar diferentes corrientes de pensamiento respecto a las necesidades afectivas de los niños. Aunque es cierto que en civilizaciones antiguas se entendía el afecto como algo indispensable para las personas, también es cierto que el ser humano ha atravesado diferente etapas, en muchas de las cuales se pensaba que el apego o las necesidades afectivas de los niños no eran motivos de trascendencia para la constitución psíquica de los niños.

Necesidades afectivas de los niños

El experimento de Harlow

Dado que existían diferentes posturas (y bastante opuestas) respecto de esta teoría, en la década del 70 el Dr. Harlow decidió realizar un experimento sobre las madres sustitutas. Este experimento lo llevó a cabo con unos monos bebés y muñecos que representaban a la madre del monito.
Se colocó dos madres sustitutas, una de metal (que era quien tenía el biberón con el alimento para el mono bebé) y otra recubierta de telas y pelo.
El experimento comprobó que el mono bebé, sólo se acercaba al alimento tras tener hambre pero en ningún momento dejaba de tocar con sus manos traseras a la mamá cariñosa.
Con este experimento demostró que el afecto era mucho más importante que el alimento.
Esto, también lo vemos reflejado cuando un niño pequeño le pide que su madre lo alce y, tras este acto, el niño se calma o deja de hacer berrinches. Muchas veces, y tras esta situación, solemos pensar que “el niño nos está manipulando”. En realidad, existe una necesidad de afecto (apego) que se calma tras sentir el calor corporal de la madre, padre o de aquella persona que represente para ellos, la protección, el amor y que pase más tiempo con ellos durante el día.

¿Qué sucede en la psiquis del niño?

Cuando el niño crece, se conforma entre él y ese progenitor con el que ha formado mayor lazo afectivo, un vínculo que lo constituirá psíquicamente hasta la edad adulta. Así el niño se constituye en esa relación y ésta será determinante para él: si ha recibido atención y amor, entonces el niño podrá dar atención y amor en su vida adulta.
Claro que un niño que por las circunstancias que fuesen no recibe afecto (o recibe poco) puede generar lazos afectivos con otras personas durante su vida adulta, pero será más hermético en cuestiones empáticas o sociales. Será un adulto que toma distancia de su entorno social.
En la mayoría de los casos este primer vínculo, si no se constituye desde lo afectivo, puede traer consecuencias en la psiquis de los niños (algunas de ellas devastadoras) para la formación de su personalidad y salud mental.

En síntesis, existen infinidad de corrientes que barajan la posibilidad de que el niño no tienen necesidades de tipo afectivas sino más bien, necesidades de tipo biológicas con sus progenitores, pero creemos conveniente adaptarnos a las teorías más recientes (siglo XX) que nos confirman, día tras día, la necesidad y la importancia de los vínculos primarios como constitutivos de la psiquis del niño.