Como pode perxudicar a falta de autoridade dos pais nos rapaces

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A menudos solemos encontrarnos con comportamientos de padres que, aunque en apariencia, deseen cuidar y proteger a sus hijos, en realidad con esta actitud solo les están perjudicando.Uno de estos ejemplos es la falta de autoridad de los padres (padres en sentido genérico; nos referimos a padres y madres).
Debido a que décadas atrás la crianza de los niños fue, en muchos casos, marcada por un autoritarismo, muchos padres creen que reproducir tales conductas en los niños, es contraproducente para ellos y, en oposición a esto, les brindan una enseñanza carente de autoridad.

Diferencia entre autoridad de autoritarismo

Vayamos por partes: autoritarismo no es autoridad. La autoridad es la facultad de ordenar o dirigir a otros, en este caso, a los niños. Todo niño precisa de límites ya que ellos no son capaces por sí mismos de medir límites, reconocer riesgo o peligros, entre otras cosas. Autoritarismo es, dicho en pocas palabras, el abuso de autoridad. Esto, claro está, es contraproducente para la crianza de los niños puesto que los niños crecen con miedos y forjan en su psiquis sentimientos de inferioridad. Pero criar a los niños con autoridad es otra cosa y es sumamente necesaria para ellos.

¿Cómo puede perjudicar la falta de autoridad de los padres en los niños?

La falta de autoridad en lo padres puede producir desequilibrio en la constitución psíquica del niño puesto que produce niños con problemas de comportamiento o de conducta, caprichosos y hasta potencialmente niños tiranos.

¿Cómo se observa la falta de autoridad en los padres?

La falta de autoridad en los padres se  evidencia al observar el comportamiento de los niños:

  • Niños caprichosos. Es importante reconocer que los caprichos de los niños son independientes de la edad que esos tengan. La astucia, muchas veces, ayuda a que los niños reconozcan de qué modo sus padres pueden acceder a sus caprichos. Por ejemplo, haciendo un escándalo en público, diciendo frases que pueden herir los sentimientos de los padres como “la mamá de mi amiga le ha comprado este juguete y todas las niñas de la clase lo tienen ¿Por qué eres malo/a y no deseas que yo tenga este juguete también?”. En cada caso (repetimos indistintamente de la edad del niño) es necesario aprender a reconocer cuándo se trata de un pedido y cuando de una manipulación y/o estrategia caprichosa.
  • Niños que gritan, contestan con autoridad o prepotencia. Esto evidencia la falta de autoridad de al menos uno de los padres.
  • Niños sin límites. Son niños que no tienen conciencia de los peligros ya que han crecido en un marco sin autoridad. Los seres humanos somos sujetos sociales.Esto quiere decir que necesitamos irremediablemente de un contexto social para nuestra constitución psíquica. A menudo estos niños crecen sin medir los daños hacia otro ser humano o ser vivo. En consecuencia pueden ser niños muy crueles.
  • Niños egoístas. Todo niño es egoísta y tiene como función apropiarse de todo: “esto es mío” suelen decir casi todo el tiempo. Es la autoridad del padre/madre la que debe irremediablemente poner fin a este comportamiento ya que, de no hacerlo a tiempo, la vida adulta (en forma cruda, muchas veces) hace que los seres humanos comprendan aquello que de niños no han aprendido adecuadamente.